Y tras una noche de calma después de tantas de tempestad
ella despertó y entendió como todo se acomodaba a pedazos en su mente mientras
dormía y esa mañana supo la única verdad de su corazón: no quería un bebé,
quería un Xbox.
Y por primera vez en muchas muchas mañanas no le dolió tanto el corazón.
Las princesas en las torres humanas de los cuentos que nunca se contaron.– El Libro de Hoy
Y por primera vez en muchas muchas mañanas no le dolió tanto el corazón.
Las princesas en las torres humanas de los cuentos que nunca se contaron.– El Libro de Hoy
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