No soy supersticiosa, pero tiraré sal por encima de mi hombro y cruzaré los dedos, evitaré los gatos negros, tocaré madera, y nunca pasaré por debajo de una escalera.
No creo en ese tipo de cosas, pero pediré deseos a las estrellas fugaces y a las velas del pastel de cumpleaños, y tendré fe en mi calzoncillo de la suerte y los zapatos de nuestra primera cita.
Son cosas tontas que hacer. Aguantar la respiración en los túneles o llevar una estampita de cualquier santo en el bolsillo de la blusa.
Es sólo eso, tengo tanto miedo de perderte. Y si que tengas algo viejo, algo nuevo, algo prestado, y algo azul significa que podré envejecer junto a ti, merecerá la pena no abrir nunca un paraguas dentro de casa.
Copiado de Evelynn Robsten
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