Feliz día de las madres a todos especialmente a la mía que
me acepta a pesar de ser yo con las altas expectativas de vida tan
pobremente cumplidas, con todas las fallas y defectos que no sé como quitarme
porque se llaman personalidad y con lo frágil que puedo ser naufragando en
medio de mis océanos. Gracias por amarme, por ser parte de mi, por ser mi mejor
compañera, cómplice, amiga y confidente y el único ser humano que no ha perdido
la fe en mi. De no ser por ti ya hasta yo la habría perdido. Cuando me siento
sola pienso en ti y sé que sin importar si estoy de madrugada en casa o en
medio de una multitud a miles de kilómetros en un país extraño, tus oraciones
no me dejan así que jamás estoy sin ti.
Sé que a tu manera me has ido preparando para los días que
vienen y para cuando ya no estés porque creo que en el fondo sabes que sin ti
es más probable que me pierda en mi misma en mis pensamientos. Gracias por
pensar en como cuidarme a futuro y por tratar a tu manera de dejarme ser quien
soy en un mundo que se empeña en decirme lo inadecuado de mi existencia y
maneras. Gracias por siempre decirme que a pesar de todo lo que los demás
piensen de mi tú siempre piensas en mi con amor y me ves con amor y por enseñarme
que así es como debo ver la vida en los buenos y los malos momentos y porque a
través de tus ojos de madre puedo verme en mis malos ratos como algo mejor que
lo que soy, y darme un valor a veces inmerecido pero necesitado para entender
como funciona el mundo y su gente y no dejarme abatir por él.
Siempre dices que Dios me mandó contigo porque yo era la
hija que tu necesitabas. Yo creo que fue al revés, Dios no me hubiera mandado
con alguien más porque nadie más me hubiera querido siendo como soy y nadie más
lo hubiera intentado tantas veces como tu lo has hecho.
Tengo la absoluta certeza de que nadie me amará como tú me
amas y eso se ha convertido en mi mayor consuelo y desolación, pero sin duda
alguna, en mi más grande esperanza y fe en que la humanidad no está del todo
perdida y que la gente buena existe y que las cosas buenas pasan y que el amor
es el legado más grande que puedes dejarle a un hijo.
Te amo.
Tu hija, Rocío.
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