Bancos, hospitales, doctores, todos los centros de atención a
clientes. La vida está llena de salas de espera, filas, tiempo perdido viendo
las nucas de otras personas, leyendo revistas viejas, escuchando música de mal
gusto, mirando recepciones atendidas por señoritas demasiado maquilladas que
controlan nuestro tiempo. Las salas de espera: el lugar donde hasta el tiempo
tiene que esperar.
Al igual que en el mundo exterior, dentro de cada persona también
existe una sala de espera. Cada quién tiene un espacio donde hace esperar
pensamientos, sentimientos, personas, pasados, presentes, futuros, proyectos.
Cada persona ha creado su propia antesala a la vida. Algunos tendrán sillones,
música, revistas y hasta recepcionista. Tu imaginación es libre de crear la
sala de espera de tu gusto. No importa cómo sea, pero todos la tenemos.
Y en esa sala de espera está la persona que merodea tu corazón, a la
que no estás segur@ de dejar entrar pero sabes que está ahí afuera esperando a
que alguien diga su nombre para abrirle la puerta al consultorio donde
atiendes.
En esa sala de espera está el proyecto que tanto quieres hacer pero no
"tienes tiempo" para ejecutar. El que te haría feliz pero seguramente
temporalmente pobre y te quitará la seguridad económica que tienes y que tanto
te mantiene atad@ a esa vida.
Entre esos sillones está sentada la persona a la que le debiste haber
dicho que ya no puede sentarse ahí. Que está desperdiciando espacio en tu sala,
donde no tiene por qué caber el pasado.
Ahí, esperando, está el bebé que no ha nacido, la casa que no se ha
construido, el libro que no has escrito, las palabras que no has dicho.
El problema de las salas de espera, es que si no se saben manejar, si
no se saben atender, se llenan. Ya no hay donde sentarse. Estresan, se ven
sucias, desesperan. Todo lo que espera ahí se revuelve. Para tener una sala de
espera hay que saber atender todo lo que está en ella y saber qué capacidad
tiene. Nunca hay que hacer esperar demasiado porque pierdes clientes (sueños,
proyectos, personas). Sobrepoblar una sala de espera es igual de negativo que
no tener nadie en ella. Las salas de espera sirven para organizar pero de ser
mal utilizadas, servirán para destruir. Es mejor tener dos personas, sueños,
ideas, futuros bien atendidos que miles que nunca atenderás.
Hay que limpiar ese espacio en el que sabemos no es agradable esperar.
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