05/06/2006
NO DE MI AUTORÍA
Tiempo
El
tiempo abre surcos haciendo que las porciones que separa sean completamente
distintas. Lo que ayer era un vergél, hoy es tierra yerma. El objeto del deseo
de ayer, es hoy desgana. A quién hoy nos causa indiferencia, ayer amábamos.
Aquello que ayer nos parecía un sinvivir, hoy nos hace sonreir cuando lo
recordamos. Por eso es un buen aliado, decimos. Lo cura todo, repetimos. Cada
situación tiene su tiempo, insistimos. Pone a cada un@ en su lugar,
sentenciamos.
El
tiempo excava en nuestra vida permitiendo que quepan en su cauce, los frutos de
las semillas que dejamos. Es generoso, tanto, que a pesar de dejarlo pasar, se
nos sigue ofreciendo. Él siempre se queda y se hace visible en nuestro rostro,
en nuestras manos y en nuestra alma.
El tiempo
abre zanjas en el propio tiempo y no permite el tránsito por los puentes de
nuestra nostalgia, que se empeña tercamente en unir un lado con el otro. No es
bueno circular por ellos intentando volver a juntar lo que él ha separado,
intentando vivir el pasado. Ese tiempo no existe. Sólo vive el que es, padre
del que vendrá.
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