viernes, 1 de junio de 2018

Trenza

"Decía mi abuela que cuando una mujer se sintiera triste lo mejor que podía hacer era trenzarse el cabello, de esta manera el dolor quedaría atrapado entre los cabellos y no podría llegar hasta el resto del cuerpo; había que tener cuidado de que la tristeza no se metiera en los ojos pues los haría llover, tampoco era bueno dejarla entrar en nuestros labios pues los obligaría a decir cosas que no eran ciertas. Que no se meta entre tus manos- me decía- porque puedes tostar de más el café o dejar cruda la masa.Y es que a la tristeza le gusta el sabor amargo. Cuando te sientas triste niña, trénzate el cabello; atrapa el dolor en la madeja y déjalo escapar cuando el viento del norte pegue con fuerza.
Nuestro cabello es una red capaz de atraparlo todo, es fuerte como las raíces del ahuehuete y suave como la espuma del atole.Que no te agarre desprevenida la melancolía mi niña, aun si tienes el corazón roto o los huesos fríos por alguna ausencia. No la dejes meterse en ti con tu cabello suelto, porque fluirá en cascada por los canales que la luna ha trazado entre tu cuerpo. Trenza tu tristeza, decía, siempre trenza tu tristeza…
Y mañana que despiertes con el canto del gorrión la encontrarás pálida y desvanecida entre el telar de tu cabello. "
Paola Klug

La Bestia - El Libro de Hoy



Y lo sabía en el fondo. En la oscuridad escuchaba el estertor agónico de la bestia y temía. Y la buscaba para consolarla en sus últimos minutos, tratando de posar su mano sobre ella para que no estuviera sola sabiendo que nada la salvaría y que al igual que muchas más bestias majestuosas y salvajes, moriría en medio de la nada, sin nadie escuchando su agonía, nadie contemplando su espíritu animal abandonar su cuerpo, sin quien escuchara su último suspiro e inhalara su último aliento salvaje. Y se quedó a contemplarla en la oscuridad sabiendo que lo único por hacer era acompañarla en su último momento, esperando por el amanecer para ver si se alcanzaba a reflejar el sol en sus ojos una última vez y con la absoluta certeza de que al morir, le dejaría inmensamente sola en ese bosque a merced de bestias más salvajes, hermosas, indómitas y hambrientas.
La Bestia – El Libro de Hoy