domingo, 6 de octubre de 2013

Marcos 4:35 dice: Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado.

Todo día tiene una noche, y todo proceso tiene un comienzo. Muchos de ustedes sienten que ya no están en el día, sino en la noche. Noche es sinónimo de confusión, de ceguera. Es no saber en donde estoy parado, o hacia donde me dirijo. Todo día, por más espléndido que parezca, tiene una noche. Y no puede haber un proceso, si no hay un comienzo.Y muchas veces, en esas noches que transitamos, es en donde comienzan las procesos.

Es cuando menos lo esperas que te llegan esas circunstancias difíciles. Jesús les dijo a los discípulos: Vengan, pasemos al otro lado. El otro lado es a donde Cristo desea llevarnos, es la tierra del propósito y de la bendición. Ahora bien, desde el punto en donde te encuentras, hasta el otro lado, existe una distancia. Y al recorrido de esa distancia es que le llamamos: “procesoâ€.

Es en el proceso en donde Dios comenzará a quitar de tu corazón aquellas cosas que desagradan al corazón del Señor. Los procesos buscan hacerte más parecido a Cristo, y menos parecido a ti; es decir, menguar nosotros, para que Cristo crezca en nosotros. Pero cuando los procesos vienen a nuestras vidas, no lo vemos de esa manera; sino que los vemos como las crisis.

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