martes, 22 de mayo de 2018

Crispy

“Tú y yo somos tan iguales. Nos maltratan y nos deprimimos y enojamos tanto y luego volvemos a amar, aun a quién nos maltrató.

Te dije de muchas formas:
Mi niña de oro
Mi princesa
Mi corazón 
Amor de mi vida
Preciosa mía
Apestosa infractora 
Pinche gatilla
Crispinita

Pero sobretodo te dije que eras mi corazón y lo eras. Si vieran mi corazón este tiene forma de gato acurrucado, tiene tu forma, mi vida.

Se supone que los hijos se parecen a los padres y deben tener razón, pero tú no eras una niña, eras un gato y aún así eras mi hija y eras igual a mi y eras una de mis almas gemelas. Tú te ganaste todo mi corazón, no solo un pedazo. Me costaste tanto y desconfiabas tanto del mundo que solo puedo suponer cómo te habría tratado la vida antes de que yo me enamorará perdidamente de ti. Y te amé y me correspondiste, te entregaste con toda el alma. Porque yo sé que tú tenías alma. 

Y me amaste tanto que me cuidabas como hermana, como madre, como hija. Me enjugaste las lagrimas con tu pelo y, tal como dice mi madre “cuando un niño llora no debes dejarlo que se vaya a la cama triste“ y tú te tomabas eso muy en serio.

Me salvaste la vida más de una noche, porque yo sé que sin ti me hubiera vuelto loca, me secaste las lagrimas con tu pelo y me lamías hasta el cansancio. Nada se ha sentido tan bonito como tu peso sobre mi pecho y como abrir los ojos y ver los tuyos con mirada diciendo “humana, mi tazón de croquetas está vacío. Llevas 35 segundos dormida de más y se pasa la hora de mi desayuno”.

Te amo más de lo que pueden expresar las palabras y tu existencia en mi vida me transformó. Pequeña bola de pelos, renegona, arisca, desconfiada y entregada, eras igual a mi. Habitas en mi pecho que hoy te extraña y se queda muy vacío sin ti. Tú eras mi hogar y yo el tuyo. Crispy era mía y yo era y siempre seré de ella. Tu plaquita era un corazón porque terminó ganándose el mío.

Extrañaremos tus masajes y tu ronroneo pero sobre todo el que eras mía enteramente, no hay palabras, mi vida, para describirte.

Tu mirada... siempre tu mirada que me leía la mente. Gracias por decirme que ya era tiempo. Gracias por ser mía y dejarme ser tuya. Gracias por escogerme. 

Hoy leí en el muro de alguien lo siguiente, “Nada desaparece. Solo se transforma“.

Donde quiera que estés y en lo que te hayas transformado, espero algún día estar ahí contigo otra vez.

Crispy ( ?/2014 - 2018)


No hay comentarios:

Publicar un comentario