viernes, 28 de julio de 2017

Y tras una noche de calma después de tantas de tempestad ella despertó y entendió como todo se acomodaba a pedazos en su mente mientras dormía y esa mañana supo la única verdad de su corazón: no quería un bebé, quería un Xbox.

Y por primera vez en muchas muchas mañanas no le dolió tanto el corazón.

Las princesas en las torres humanas de los cuentos que nunca se contaron.– El Libro de Hoy

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