La bruja sintió el corazón caliente entre sus manos y lo estrujó lentamente. La sangre aún tibia brotaba de él y ella sabía que si lo apretaba demasiado lo rompería, sus uñas se encajarían en éste y lo rasgarían y aun así lo sostuvo con fuerza sin poder contener su emoción. Bañadas en su sangre, sus manos estaban tibias otra vez y no había sentido calor alguno en muchos inviernos. Mientras lo exprimía sin desearlo pensaba en la vida que se escapaba de éste y en cómo esos momentos de vida le costarían siglos de soledades e inviernos inclementes.
La Vida que se Escapa - El Libro de Hoy
[No fue casualidad que vieras esa estrella. Nada es casualidad. Ni si quiera nosotros aquí y ahora. Ni las heridas, ni las glorias, ni las pérdidas. Ni el amor ni el abandono. Ni lo que viene. Eso tampoco es casualidad y por eso me duele saber que siempre estuvo escrito en nuestras estrellas y en las palmas de nuestras manos que se unen y desunen mientras la vida nos arroja a donde debemos ir]
27 / Agosto/2015
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