viernes, 27 de noviembre de 2009

Levántate pie, come estómago, ábranse ojos. Muévanse pies y anden.

Hoy de una forma u otra los pedazos que quedan empezaron a caerse. No se como, fue automático, pero, tras haberle preguntado a Dios que hacer, el primer pedazo cayó por si solo, casi como una respuesta natural y lógica a mi pregunta, pero aún así, con un misticismo que es difícil de explicar. Al voltear la mirada a éste lo encontré dañado, viejo y muy maltratado. Pensé que se desharía en mis manos y no fue así, la frágil estructura se mantenía pendida de sí misma, pero más muerta que viva; mas deshecha que de pie. Al momento de agacharme a recogerlo supe que no había forma de ponerlo de vuelta en su sitio ya que su lugar era uno nuevo. Lo tomé en mis manos, lo contemplé, me dolió (sentí esa punzada en el pecho tan familiar de un tiempo atrás que viene cada vez que hay algo que me recuerda a ti).


Jamás creí que sería la estúpida Bella Swan. He llegado a despreciar esos libros y el desastre que son mas allá de la pobreza de los mismos, y sin embargo, el día de hoy soy esas páginas que dictan mes con mes, esa escena donde sentada ve pasar el tiempo y el tiempo la ve a ella en letargo.


"El tiempo pasa incluso aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre al palpitar detrás de un cardenal. El tiempo trascurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa. Incluso para mí."


Lo recogí del piso y lo puse en el nuevo sitio que le corresponde. También supe que sin importar lo que sienta o haga, esta batalla ya no es mía ni esta en mis manos. Que mi batalla es con la ansiedad y con el tiempo que pasa lento, no contigo.


Que no puedo pelear con eso y que donde quiera que estés ahora, y lo que sea que estés haciendo estás peleando tu propia batalla dentro igual que yo y que sin importar cuanto desee estar ahí para ti, esta te toca pelearla solo.


Ojala y a la vuelta de la vida te vea salir victorioso y pueda celebrar tu triunfo contigo.


Incertidumbre, esa es la palabra de moda para mi.


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