miércoles, 24 de mayo de 2017

Quiso ser reina de corazones y terminó como reina destronada del invierno. Ahora sólo vive en soledad y se acuerda de su amigo Plutón que, en días como el de ayer, llora amargamente su destierro y el olvido al que le confinaron. Y todo, todos en la aldea subían su montaña, cruzaban su bosque y llegaban a la cueva a contar secretos a la oscuridad y siempre creyeron que la oscuridad les contestaba, los escuchaba y a veces hasta los consolaba, todo esto sin saber que era ella escondida en lo más profundo y que sólo salía a ver la luz unas pocas horas del día, mayormente de noche, quitándose las pieles y corriendo salvaje, desnuda entre la nieve, las ramas, robando secretos enterrados en los pozos de los árboles donde hacen nido los pájaros para alimentarse y besando árboles para quitarse el frío. Viendo la Luna, confesando a Venus su vieja amiga que todo lo sabe, jugando con el travieso Mercurio y consolando a abrazos lejanos y besos tardíos a Plutón, el solitario, confinado igual que ella...
El Libro de Hoy

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